Patrística (DI)
Desde la sala de comentaristas del estadio Civitate Dei, a falta de unos minutos para que dé inicio la final de la Copa Imperio...
P: Todo hace presagiar, queridos amigos, que hoy veremos un excelente partido. En las gradas hay un ambiente sensacional y los jugadores son de una calidad indiscutible. Tanto el Dínamo de Bizancio como el Inter de Milán cuentan con sus plantillas al completo. Repasemos quiénes son sus entrenadores.
A: El conjunto del Dínamo tiene por director técnico a Orígenes de Alejandría, un gran estudioso de este deporte. Según sus propias declaraciones, ha preparado a conciencia este partido con sus hombres. Sin duda, lo que más destaca del juego de su equipo es el trabajo táctico que muestra en el campo. En su sistema, cada jugador sabe siempre lo que tiene que hacer y se deja poco espacio a la improvisación. Ante todo, se busca la racionalidad.
F: Y la escuadra del Inter tiene como entrenador a Tertuliano, famoso por las largas charlas que mantiene con sus jugadores antes y después de los partidos. Es de todos conocida la inmensa fe en la victoria que transmite a sus hombres. Les hace creer en su posibilidades incluso en los momentos más adversos. Y así, ha conseguido remontadas impresionantes, como la del partido de la final del año pasado, en la que tras llegar a la media parte con un 4 a 0 en contra, lograron todavía levantar el partido, y con dos jugadores menos por expulsión.
A: ¡Ah, qué noche aquella! Increíble. Más de uno dijo al oír a su entrenador en la caseta tras el 4-0 que era absurdo pensar que se podía hacer ya nada, pero Tertuliano les infundió ánimos y les dijo que creyeran en la victoria precisamente porque era absurdo hacerlo, y que si ponían fe en ella el rival se vería tan sorprendido que quedaría paralizado por el ímpetu de su fuerza. ¡Fue impresionante!
P: No olvidemos al colegiado del encuentro. Se trata de Pelagio. Es un árbitro de la escuela británica que presume de ser incorruptible. Dice que todo lo que ha conseguido en esta vida ha sido gracias a su esfuerzo personal y que no le debe nada a nadie. ¡Qué suerte, ojalá el Centro Hipotecario pensara lo mismo de mí!
A: Tienen ahí ustedes en imagen a Mani, el delantero persa del Dínamo. Un hombre polémico donde los haya, capaz de lo mejor y de lo peor; no tiene término medio. O juega un partidazo o no toca ni una a derechas. Es auténticamente imprevisible.
F: Y ahí sale ahora la estrella del Inter de Milán, y por lo que dices siempre tu jugador favorito, san Ambrosio. Es el organizador del juego de su equipo y un hombre de una personalidad arrolladora.
A: Lo confieso, siento debilidad por este excelente futbolista. Es un artista del balón, dotado de una gracia especial. Su clarividencia para encontrar siempre al compañero mejor situado hace que el juego de su equipo se ilumine cada vez que él interviene. Me entusiasman estos jugadores que no tienen miedo a fallar. Como yo digo, “si fallor, sum”.
F: ¿Alguien se atreve a hacer algún pronóstico? ¿Qué opinas tú, amigo egipcio?
P: Creo que habrá pocos goles. Me decanto por una victoria del Dínamo por Uno a cero. Veo al Bizancio lleno de luz y de vigor, y tengo la impresión de que va a desplegar toda esa vitalidad en el campo de forma que el Inter no va a poder hacer nada más que defenderse. La Idea que tiene del fútbol está dotada de una Razón que desborda todo intento de detenerla.
A: Bueno, bueno. Piensa que a medida que se va desarrollando el partido, su poder pierde fuerza y su juego baja mucho en la segunda mitad. Siempre llegan muy justos de energías a la media parte y sólo unos pocos jugadores logran recuperar en ella su tono físico del principio. Bajo mi punto de vista, el partido irá muy disputado hasta el final. De todos modos, creo que finalmente el mayor aguante y fe en el triunfo que caracteriza a los del Inter los llevará hasta lo más alto.
F: Veo que hay disparidad de opiniones. Como sabéis, tengo un espíritu favorablemente conciliador, así que no me decantaré ni por uno ni por otro. Me parecen dos equipos igualmente potentes, aunque con características bien distintas: uno respira fidelidad a los esquemas griegos, mientras que el otro se inspira en mayor grado en los planteamientos semíticos... Mi equipo ideal sería aquel que asociara ambos elementos.
Atención, el partido está a punto de comenzar.
P: Parece que hay problemas con la presión de la pelota. Pelagio reclama una en condiciones tras declarar la anterior pelota non grata. Señala que es condictio sine qua non para poder comenzar el partido.
A: Por fin, una que es de su gusto, menos mal. Compañeros, controlad el tiempo.
P: ¿El tiempo de qué en concreto? ¿A qué te refieres?
A: Vaya hombre. Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si alguien me lo pregunta, no lo sé. Por lo tanto, adivinad. Atención, comienza el partido.
Hora y media después, el marcador refleja el resultado de huno a huno. Atila acaba de hacerse con el control...
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