Saramago, por siempre.
Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres, El evangelio según Jesucristo, El hombre duplicado, El viaje del elefante, Las intermitencias de la muerte, Ensayo sobre la lucidez, Caín, La balsa de piedra, etc., etc., etc. Siempre estarás con nosotros. Muchas gracias por tu obra y tu coherencia, tu compromiso y tu honestidad, tu sabiduría y tu generosidad.
Muchos te cuestionarán por tus ideas políticas (comunismo hormonal) o tus críticas a las religiones oficiales (ateísmo militante). Pero la profundidad y el humanismo que rezuman tus escritos merecen una atenta mirada, más allá de las creencias que pueda tener cualquiera. Quien te lee de ese modo, te siente cerca. Por eso, Saramago, el Saramago que respira a través de su obra, vive ya para siempre.
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